Ultima carrera: Parte 03 [Fic YunJae]


.: YunJae :.
is love ♥

Título: Ultima carrera
Pareja:
YunJae
Grupo:
TVXQ
Autor:
Suseet
Género:
Yaoi
Advertencia:
Si. -en este capítulo-

"Después de descubrir que su medio hermano, Yoochun, es un ganster; Jae trata de salvar a una de sus posibles víctimas, Junsu, en el camino conoce a un apuesto sujeto, Yunho, y a su hermano, Changmin, con los que descubrirá cosas que no pensaba sentir."


Ultima carrera


Diario de Jaejoong:

Cuando desperté Yunho no estaba, entró justo cuando me senté con unas botellas de jugo en las manos. Esquivó mi mirada. Sonrió.
− Traje esto…
No pude evitar sonrojarme… si era un sueño ¿en qué demonios estaba pesando? Era peor que pensar que no lo había sido… era peor… mil veces peor.
Tomamos el carro y salimos de nuevo a la carretera. Estaba empapada porque llovía.
− Con ese lindo sol… – ¿me temblaba la voz? Traté de calmarme y seguir – No puedo creer que llueva.
− Sí… –una de sus manos estaba apoyada en la puerta del auto, ya que tenía la ventana completamente baja. El dedo índice doblado chocaba con sus labios.
Algunas gotas se metían por la abierta ventana y mojaban su rostro serio.
− ¿Estás bien?

Mi pregunta lo distrajo, me miró y luego sonrió.
− Sí… bien, bien.
Cuando llegamos a Seúl también llovía.
− ¿dónde te dejo? –evitaba el contacto visual.
− Aquí estará bien – ¿era un chiste? ¿Me dolía algo?
Ambos descendimos, se paró a mi costado, se sacó la chaqueta y me la puso encima.
− ¿Qué harás ahora? –Me preguntó sin mirarme.
− Iré a hablar con Chunnie para contarle… lo sucedido… sobre lo que dijo…Junsu…
− Ah…. Cuídate –me golpeó el hombro y volvió a subirse al auto. –Adiós…
Caminé confundido por las calles de Seúl No lo volvería a ver… era lo más probable… No debería sentir nada… era mejor que me alejara de él ¿no? Si eso no había sido un sueño, era mejor que me alejara de él ¿No es cierto?
Llegué a casa y me escabullí cuando vi a varios de los hombres de Chunnie en la puerta. Crucé por mi pasillo secreto y me detuve cerca de su puerta para escuchar lo que decía.
− Jung Yunho y su hermano, Jaejoong, saben demasiado...Según nuestros informes, Su hermano Jae le ha contado sobre nosotros… Y sobre lo que hacemos
− Habla claro quieres
− Bueno, le ha dicho que de vez en cuando matamos gente… por dinero y todo eso. Además él y Jae ya están de regreso en Seúl.
− Ya sabes que hacer… termina el trabajo… Busca también al hermano de Yunho sshi.
− Él también está en Seúl.
¿Qué? ¿Jung Changmin está en Seúl?
− No sé porque se vinieron por separado… pero él llegó hace unas horas antes.
¿No fue un sueño? Yunho planeó todo para estar a solas conmigo… ¿eso era?
− Investiga eso… ¡ah! No olvides el asunto con Kim Junsu
− Sí…
− Ve de una vez a terminar el trabajo con Jung Yunho… No quiero errores.

Errores para Chunnie significa dejar vivo a su presa. Salí corriendo con todas mis fuerzas hacia el edificio.
Y ahí fue donde empezó todo. Cuando llegué Yunho me confesó que me quería… Me quedé quieto sin decir nada y ahora él estaba tendido en una cama ¡EN COMA! ¡Por mí culpa!
El hospital estaba más cerca de lo que creí. Subí lo más rápido que pude. Mientras lo hacía podía ver mi sueño representándose en mi cabeza, la cara de Changmin triste por su hermano, el cuerpo frío y sin vida de Yunho… ¡No! ¡No! no podía perderlo… no… Yo lo sabía…pero no quise aceptarlo… fueron 6 días en total… el día que llegué, los 4 días en la carretera, dos de ida y dos de vuelta, y medio día que pasamos con Junsu… No podía terminar así.
Llegué casi sin aire al cuarto. El doctor estaba revisando las pupilas de Yunho. Permanecía acostado.
− Por favor… no lo desconecte.
El doctor me miró confundido. Yo jadeaba, no podía respirar.
− No se preocupe… No lo haré –sonrió afable –parece que lo peor ha pasado… él ahora solo duerme…
− Gra… –sentí mis ojos húmedos y caí de rodillas junto a la cama de Yunho, le tomé la mano. El doctor salió –Lo lamento… lo lamento… perdóname…
− No te preocupes… él estará bien…
La voz de Min me hizo dar vuelta.
− Changmin… ¿cómo es que estás aquí?
− Mi hermano…
− El te pidió que te quedaras… con Junsu… ¿cierto?
Sonrió
− Mi hermano nunca me hubiera pedido algo así… yo lo hice por mi cuenta. Por eso siempre me llevaba a Junsu… Nunca lo había visto mirar a alguien como lo hacía contigo.
− ¿En serio?
Asintió.
− Debe quererte mucho… –sonrió – Perdona por gritarte la otra vez… Estaba algo nervioso.
− No… soy yo quien debe
− No digas nada….
Yunho…tú realmente… ¿y yo?
− Por cierto –pareció de nuevo –llevé a Junsu con Yoochun…al parecer las cosas ya se arreglaron entre ellos.
− Gracias… dile a tu hermano que vine –me puse de pie y salí de ahí.
No sabía que hacer… no tenía el suficiente valor para quedarme y esperar que me despreciara por haberlo dejado al borde de la muerte. ¿Sabría Changmin algo?
Cuando volví a casa Yoochun estaba en la sala apoyado contra el gran sofá, a su lado estaba Junsu con una mano levantada acariciándole el rostro, sus ojos como los de antes.
− ¡Oh! Hyung –dijo al verme, parecía apenado –siento todo lo que te hice… lo… lamento –se agachó.
Lo ayudé a levantarse y le di una palmadita en la cabeza. Saludé con la mirada Junsu.
− Lo lamento… –volvió a decir.
− Ya no importa… ¿si Yunho sabe demasiado?
− No… yo resolveré esto… perdona
Asentí y luego salí de ahí con dirección a mi cuarto.
− ¿Y ahora qué? –pensé mientras acomodaba los audífonos.
No pude ir a visitarlo. Las horas me aplastaban, sentía que transcurrían más lentas. Más pesadas. La semana se me hizo interminable.
En los pasillos siempre me cruzaba con Junsu y Yoochun abrazados, besándose… Nuestros padres no dijeron nada. Cada uno ignoró la situación. El padre de Yoochun volvió a hacerse cargo de los negocios. Nadie parecía notarlo…
Durante esa semana, mis piernas equivocaban sus pasos y me llevaban a las cercanías del edificio de departamentos, mis manos temblaban, pero me daba vuelta y me alejaba…

Ya no pude más.

Dejé que mis piernas me llevaran, que mi corazón se agitaba más de la cuenta. Mi cuerpo parecía una hoja agitándose al viento.
Apretaba las manos y la mandíbula para tratar de controlar mi estado… Pero no podía. Sentía que todo el mundo se daba cuenta, escuchaba y se reía de mi acelerado corazón.
El ascensor ya estaba reparado, me subí. Al salir Changmin estaba afuera de él.
− Hyung –sonrió y me estrechó brevemente –tardaste mucho en venir a visitarnos.
− Min, yo…
− Yunho Hyung está en casa… ve…. Buena suerte… –sonrió y luego se metió en el ascensor.
Otra vez… el miedo, la ansiedad… caminé lento hasta la puerta, toqué un par de veces.
− ¡¡Está abierto!! –gritó desde algún lugar del interior ¡¡su voz!!¡¡cuánto había extrañado esa voz!! –. ¿Min, qué olvidaste…? te dije que tuvieras cuidado…. ¿Min?
Salió del pasillo con un mandil. Al verme se quedó rígido, con los ojos desorbitados. Lo miré un segundo y luego agache la cabeza.
− Lo lamento… No quise… lo lamento… –No podía hablar, mi voz se quebraba en mil pedazos.
− No importa… –susurró dándose vuelta –sabía que sólo la culpa te traería tarde o temprano… estoy bien… así que no tienes que preocuparte por mí. –su voz sonaba llena de una tristeza contenida.
− No… es…
Trató de alejarse mí. Corrí y le rodeé la espalda con las manos, apegué mi cabeza contra su espalda.
− No es… sólo culpa…
Se quedó mirándome
− Entonces... –se aclaró la garganta para continuar –debes estar confundiendo la culpa con algo más… No tienes que hacer… esto… vete por favor…
− Aún… no…
Apreté mis brazos en su cintura. Y luego me solté un poco y lo hice girar suavemente para tenerlo frente a mí.
− Yo quiero… Tú… me gustas… mucho…
Yunho abrió los ojos como platos al escuchar mis palabras.
− Pero… –volvió a su expresión triste –No me recuerdas…. ¿No?
− ¿Nos hemos visto…antes?
Retrocedió algunos pasos y se sentó en el sofá blanco con cojines naranjas que dominaba la salita.
− Ya nos habíamos visto… hace unos meses… en una exposición… Tú siempre parecían algo distraído… pero aún así… yo… cuando te volví a ver no me reconociste… me enojé tanto…
− ¿Exposición? –Hice memoria. Hacía unos meses yo había viajado a Taiwán. Mi padrastro, el padre de Chunnie, me había enviado ahí para vigilar a un supuesto deudor. Ahí conocí a un sujeto que se hizo mi amigo en tan breve tiempo. Fue ahí donde me enteré de los turbios negocios del padre de Chunnie. Había sentido tal miedo al ver como sus hombres atacaban a aquel que yo seguía, que había enterrado en lo más profundo de mi memoria esos recuerdos… y con ellos a… Yunho.
Él debió darse cuenta de mi turbación. Caí sentado despeinándome ligeramente mirando a todos lados, trataba de esquivar el recuerdo de la muerte de ese sujeto…yo lo vi… estaba ahí parado…. No hice nada por ayudarlo….
− Lo lamento… te hice recordar algo desagradable…. –me abrazó. Sus palabras estaban cargadas de una honda tristeza.
− No lo ayudé… murió… como a ti… no lo ayudé… fui un cobarde… –mis palabras salían borbotones, me detenía de vez en cuando para soltar suaves quejidos que escapaban de mi garganta ante el dolor insufrible que se empozaba en mi alma.
− Ya pasó… ya pasó…
Me masajeaba la espalda rítmicamente mientras su aliento suave caía en mi cuello tranquilizándome. Claro, claro, tanto había sido mi miedo, mi odio por mi mismo… que había sacrificado un recuerdo agradable. Las tardes con Yunho en Taiwán fueron de lo más especiales, lo admiraba en demasía. Ya entonces sentía algo por él; aunque no había querido aceptarlo.
− Perdóname…
Yunho sonrió. Sus ojos se clavaron en los míos.
− ¿A qué viniste? –vi el miedo en sus ojos.
Le rodeé el cuello los brazos y lo atraje hacia mí. Mis labios, más hábiles de lo que creía posible, se juntaron a los suyos. Sus ojos brillaron un poco antes de cerrarse al rozar los míos. Se apegó con fuerza, pero me besó con ternura y al mismo tiempo con ansiedad.
Era imposible separarnos. Tantas palabras contenidas sueltas en un solo beso. Un largo beso dejaba, de tanto en tanto, espacio para respiraciones sofocadas. Mis brazos se cerraron con más fuerza en su cuello. Yunho me rodeó la cintura y me apegó más a su cuerpo. Temblábamos… él y yo.

Era imposible separarnos. Tantas palabras contenidas sueltas en un solo beso. Un largo beso dejaba, de tanto en tanto, espacio para respiraciones sofocadas. Mis brazos se cerraron con más fuerza en su cuello. Yunho me rodeó la cintura y me apegó más a su cuerpo. Temblábamos… él y yo.


Me jaló hasta el mueble blanco, las cortinas permanecían abiertas, el frío aire entraba por ahí. Nosotros no teníamos frío, nuestros cuerpos quemaban. Su calor me hacía viajar a las estrellas, a su lado. No podía irme lejos si no sentía sus manos.

Sus manos recorrieron mi cuerpo por encima de mi ropa. Cerré los ojos mientras le acariciaba la carita. Una lágrima cayó desde la comisura de sus ojos. Me levanté un poco para poder desaparecerla en mis labios. Él se acomodó sobre mí y me miró sonriente.
 Estoy feliz… de que hayas venido.
Luego sus manos bajaron por mi pecho se metieron entre el polo y la casaca y luego entre el polo y mi piel. Mil estrellas saltaron, mil punzaditas al tacto con su mano. Lo abracé y el me ayudó a quitarme la casaca, el polo…
Sus labios repasaban cada parte de mis pectorales. Jugaban con él lóbulo de mi oreja, con mis brazos.
 Yunho…
 Aquí…estoy… siempre…
Jadeé al sentir los labios de Yunho perderse por mi anatomía casi rebelada completamente. Yunho, con poca habilidad, me acarició aquella parte tan sensible. Mi espalda se arqueó al sentirlo rozarlo con más seguridad.
 Yun…ho… –musité mordiéndome los labios para no gritar de placer.
Fue demasiado, dejé escapar los gritos. En sus caricias pude sentir que el disfrutaba de aquella confirmación de que sentirlo me alegraba.
Sus labios volvieron a resbalar por mi cuerpo hasta llegar a mis labios mientras sus manos, ya más hábiles, continuaban en esa zona.
Le rodeé el cuello nuevamente, debía apartarme de su boca para soltar cada cierto tiempo suspiros que surgían del fondo de mi alma.
Me sentía tan… tan… lleno de luz.
Yunho se movió entonces y se unió a mí en cuerpo y alma: sentí como su entrepierna se pedió dentro de mí. Pude sentir como se movía cada vez más y más rápido.
Él también jadeada. Su dulce y caliente aliento se perdía por mi cuello. Me besaba de vez en cuando mientra yo me retorcía al sentirlo.
− Ahhhh… –suspiraba él. Y yo le tomaba una de sus manos para pasearla por mi pecho desnudo.
Nuestras frentes perladas por el sudor, nuestros ojos cantando nuestra felicidad, nuestros cuerpos danzando al mismo ritmo.
− Yunho…. Mmm…
− Aquí… estaré…siempre… para ti… te quiero...
Entonces lo sentí, como llegaba y se acercaban. Mis ojos húmedos por la excitación del momento. Un líquido hirviente se perdió en mi interior.
Me miró sonriente mientras me envolvía con sus brazos al sentir sobre sí el mío corriendo por su cuerpo.
− Lo siento –me sonrojé y agaché la cabeza.

Él la levantó con un dedo y me rozó los labios.
− Soy feliz… de estar tan cerca de ti.
− Te quiero, Yunho…

Sus labios volvieron a perderse por mi cuello, mientras el frío golpeaba mi espalda. Pero que más daba, si los brazos de Yunho la rodeaban. Que tonto había sido al no aceptarlo, cuando yo lo sabía… que él era mi cielo, mi futuro, mi todo.
− No te dejaré ir… así que acostúmbrate a esta casa… –rió Yunho
− Al donde tu vayas… iré.


- Fin -

2 comentarios:

Anónimo 29 de marzo de 2011, 16:15  

Definitivamente los Fic de YunJae son de lo mejor!.... un aviso: desde el fic "Eternal Love" las letras estan de un color que en contraste con el fondo de blog no se pueden leer... por favor revisalo.. ya que mi fic favorito es ese y no lo puedo leer si es que no lo selecciono para que se realice en contraste.

muchas gracias por la tercera parte de la historia... estaba muy bello!

Karunohi_Mio 29 de marzo de 2011, 17:20  

Hola Anónimo-san xD
Sip, se por que es. Es que... cuando tenia el antiguo diseño del blog usaba el azul marino y ahora tengo que cambiar, de a poco lo estoy haciendo. Pero le pondré prioridad a los fic, no te preocupes. Pero te pido paciencia ^^

De nada! Me alegro que te haya gustado.

Gracias por comentar!

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